Eres como el humo de una vela, existes pero desapareces, te vas, eres lo que queda de esa llama tan viva.
El final del principio.
¿Qué serás una vez dejado la vela por completo? ¿A donde irás? ¿Y por qué tienes que irte?
Pero no eres completamente humo, este deja la vela porque no le queda más remedio, pero tú decidiste alejarte de mí, tu lo quisiste así.
A veces pienso en ti, en mi infancia, tu presencia está en algunos de los recuerdos más felices.
¿Es por eso que los recuerdos presentes disfrutan de tu ausencia? ¿Debe ser así? No lo sé.
Y quizás jamás logre entenderlo.
Pero sí sé que te quise, y quizás aún te quiero, porque aún a veces duele.
No estoy segura ¿Puedes querer a quien te ha olvidado? ¿A quien te quiso incluso antes de conocerte y ahora te abandona?
Estoy confusa, no sé si te quiero por lo que fuiste o te odio por lo que eres.
Tal vez ambas.
Puede que sólo rechace odiarte por los momentos felices que me diste.
Puede que rehúse quererte por el vacío que causaste y las ocasiones perdidas.
Ocasiones invisibles, inexistentes, inventadas. Creadas por mí, por saber cómo sería. Pero no serán.
Y no llegarán a ser.
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