La felicidad es una cosa bonita.

Dicen que las cosas bonitas es mejor no usarlas, no mirarlas, no tocarlas. Solo dejarlas ser. Es como escribir en un cuaderno muy bonito, te gusta tanto que quieres escribir en sus páginas, hundir la pluma en la hoja y que la tinta se funda con el papel. Pero es un cuaderno tan bonito que al final no escribes nada temiendo estropearlo.

Aunque quizá no tememos ensuciar el cuaderno, quizá no queremos llenarlo de recuerdos porque las cosas usadas con el tiempo van a la basura. No todo podemos conservarlo.

La felicidad es así, la felicidad es una cosa bonita que tememos lograr por si la perdemos más tarde. Así que quizá a lo que tenemos más miedo es a ser feliz, de hacer demasiado uso de nuestra felicidad y que al final alguien la tire a la basura y termine hecha pedazos, como nosotros.

Pero debemos arriesgarnos, sin tristeza no sabemos lo que es alegría, sin haber llorado no podemos disfrutar de la risa, para levantarnos primero tenemos que caer, todo es así, los opuestos se necesitan, la noche y el día, la luz y la oscuridad, el odio y el amor.

Así que aunque caigamos y nos rompamos mil veces tenemos que seguir intentándolo. Saltaremos muy alto y no habrá miedo de caer, porque aunque lo hagamos, habremos tocado el cielo. Y siempre podremos alcanzarlo de nuevo.

Porque la felicidad es una cosa bonita.

Miriam ^^